




El Poder Ejecutivo provincial impulsa una reforma tributaria que, de aprobarse en la legislatura, tendrÃa un fuerte impacto sobre el sector agropecuario regional. La modificación metodológica para el cálculo del valor fiscal de la tierra, constituye uno de los principales puntos del proyecto de ley presentado, ya que determinarÃa un cambio sustancial en la base imponible utilizada, no sólo para el cómputo del impuesto inmobiliario rural, sino también para otros de orden nacional.
A partir de este posible nuevo marco tributario, y considerando al partido de BahÃa Blanca como ejemplo para demostrar los efectos sobre el sector primario de las principales modificaciones impositivas propuestas, se puede estimar el impacto a nivel local, con el objeto de poder fundamentar las discrepancias a la mencionada reforma tributaria, poniendo énfasis en los recursos que el sector primario destinarÃa para el pago de algunos impuestos, si se aprobara el proyecto tal cual ha sido enviado a la legislatura provincial.
Las actualizaciones propuestas en la reforma tributaria respecto al valor óptimo por hectárea en el partido de BahÃa Blanca, determinarÃan un incremento estimado en el valor fiscal medio de la tierra superior al 500%. Esto representa el eje central de la reforma propuesta ya que generarÃa un abrupto aumento en la base imponible y las erogaciones impositivas a partir de esta modificación en la base imponible producto de las nuevas valuaciones fiscales, no solo afectarÃa el monto referido al impuesto inmobiliario rural que alcanzarÃa más del 570% respecto al año 2011, sino también en los bienes personales y ganancia mÃnima presunta. Ambos aportados al fisco nacional. A valores corrientes, el monto total supera los 25 millones de pesos, una cifra cerca de 8 veces superior a la del escenario base.

Los incrementos en impuestos nacionales que existirÃan de aprobarse el proyecto, superan el lÃmite de lo imaginable. Los resultados a valor producto en base al valor actual de una tonelada de trigo a precios de productor, requerirÃan de más de 36 mil toneladas de trigo para pagar estos tres tributos. Si se tiene en cuenta que en la campaña de granos finos anterior, la cosecha de granos finos (trigo y cebada) en el partido de BahÃa Blanca alcanzó las 30 mil toneladas, no alcanzarÃa toda la producción de granos finos del partido para hacer frente al pago de estos impuestos y en base a un rendimiento promedio se necesitarÃan más de 24 mil hectáreas para poder cumplir con las obligaciones impositivas consideradas. De la misma manera se puede hacer para el caso de la ganaderÃa. Expresado en kilos de ternero, se necesitarÃan más de 2 mil toneladas, es decir una cantidad aproximada superior a los 13 mil terneros. Si se tiene en cuenta el stock del partido, en donde existÃan a fines del año 2011 cerca de 20 mil terneros, se puede apreciar la afectación que tendrÃa la reforma propuesta. Para poder cumplir con la erogación impositiva, en términos de hectáreas ganaderas serÃan necesarias más de 57 mil, la cuarta parte del partido.
El tratamiento del presente proyecto de reforma tributaria provincial para el partido de BahÃa Blanca, muestra de manera evidente el incremento de recursos que deberÃa destinar el sector primario local para cumplir con las erogaciones impositivas en caso de ser ejecutadas las modificaciones propuestas. El presente análisis permite demostrar algunas de las principales crÃticas que recaen sobre la estructura tributaria aplicada sobre el sector agropecuario y lo aún más distante que se encontrarÃa de su capacidad contributiva, si se aprueba el proyecto analizado.
El incremento desmedido propuesto tanto en impuestos nacionales como provinciales, tendrÃa un impacto de contracción sobre el nivel de actividad económica a nivel regional. Los recursos que serÃan transferidos hacia el sector público nacional y provincial, incrementarÃan la incertidumbre respecto a la futura evolución de la economÃa a nivel local. Además este abusivo y confiscatorio revalúo fiscal de la tierra plantearÃa un mal antecedente hacia el futuro y al mismo tiempo efectos distorsivos sobre la inversión a nivel general. La mayorÃa de los paÃses reducen a la mÃnima expresión los impuestos patrimoniales, por considerar que afectan el crecimiento económico. Nuestro paÃs pareciera ser una vez más la excepción a la regla.
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